Nuevo Euskadi

“Fui a sembrar uva y el patrón nos pagó 78 euros por mes y medio”

>> Jhonson Castillo: vendedor de periódicos ecuatoriano

Wilson Quintero / Bilbao / Julio 2008

En el número 18 de Alameda Recalde, en Bilbao, trabaja Jhonson Castillo. Es ecuatoriano y fue profesor de castellano y literatura en su país. Por cierta suerte de la vida, se encuentra de nuevo cerca de las letras: trabaja en su propio puesto de periódicos y revistas ubicado en la acera de un pasaje comercial de la ciudad. Vende un promedio de 600 periódicos diarios que le dan suficiente para pagar su hipoteca y mantener a la familia. Jhonson, nació en Santa Rosa, provincia de El Oro, capital mundial del banano y el único lugar del mundo donde se celebra un reinado en honor a esta fruta. Castillo, recibió este puesto de periódicos hace dos años por quien lo había regentado durante más de medio siglo. Todos los días a las 5:00 AM Jhonson llega a su lugar de trabajo y antes de que muchos seamos personas en la mañana, él sabe que ha pasado en el país y en el mundo, pues da un vistazo entre venta y venta a las noticias. “Lo único que lamento es que los fines de semana haya algunas personas borrachas que destrozan el periódico antes de que yo pase a recogerlo” señala.

Jhonson migró por necesidades económicas de Ecuador con 187 dólares en el bolsillo. Lleva “siete años y 11 meses y medio” en el país, que cuenta con exactitud desde que llegó en el 2000 a Barcelona y luego a Bilbao. Pero no lo enumera porque se sienta mal, al contrario, “Para mí Bilbao es la mejor ciudad o una de las mejores de Europa la pongo en el 9º puesto en una escala del 1 a 10”. Pero no todo ha sido primaveral en su vida de inmigrante, también lamenta algunos sucesos desafortunados cuando fue explotado durante 45 días en Arronitz –en los que comió pan viejo y espaguetis como si fueran los últimos del reino-. “Me fui a sembrar uva y el patrón nos pagó 78 euros por mes y medio”. En Orijuela, Alicante, Castillo, se sintió esclavo cuando fue obligado a trabajar más de 20 horas. “Por la mañana trabajaba en construcción y en la tarde me llevaba el patrón a su cuadra de caballos a trabajar hasta el amanecer. Me alegraban los animales porque me gustan mucho y porque tenía que cubrir mis necesidades”.

Pero además de haber cursado estudios en la Universidad Técnica de Machala, es maestro pastelero cuyo oficio explotó en Ecuador y al comenzar el proceso de dolarización de este país sus negocios se fueron a pique y le fue imposible pagar sus deudas. “Mal día fue cuando llegó la dolarización a mi país. Las cosas se encarecieron más, las deudas fueron convertidas de sucres a dólares, los sueldos bajaron. Por ejemplo, un salario de 350 mil sucres automáticamente se convertía en 155 dólares que era poquísimo para sostener una familia de 4 miembros. Esto llevo a que mucha gente emigráramos. También se nos ha criticado de cobardes por no aguantar y sacar el país adelante, pero muchos ven que las remesas han significado crecimiento para el país. Por ejemplo, la gente que manda a construir su casa allá directamente les da trabajo a muchas personas, es una cadena. Pero todo esto ha pasado por las políticas impuestas del BM y del FMI”.

Al preguntarle a Jhonson sobre cómo ha visto la inmigración en este país, diferencia los períodos de Aznar y Zapatero con claridad. “Con el primero, para muchos fue buena porque los contratos que nos daban o nos hacían los empresarios, ayudaron a tener una estabilidad laboral, pero también hubo muchos empresarios que se enriquecieron ilícitamente con contratos ficticios y estafando a los trabajadores. Por el contrario, la regularización de Zapatero fue excelente porque trató de proteger los contratos para que no fueran ficticios y que hubiera orden y moderación a la hora de regularizar y para que pudiéramos cotizar a la Seguridad Social. Así, nosotros empezábamos a apoyar esta sociedad para subsidiar a la gente parada, a los jubilados, etc. y creo que fue muy provechoso”.

Por otra parte, para Jhonson discriminación y racismo deben comprenderse como antipatía, por causa de la falta de trabajo y un proceso que se está dando hacia la baja rentabilidad per capita de las personas en Europa y en el mundo. Es decir, esa antipatía hacia el inmigrante que se da cuando se le señala como el culpable de situaciones macroeconómicas que afectan a los ciudadanos europeos.

Finalmente al hablar con Jhonson del plan de retorno de ecuatorianos fue enfático en afirmar que se trata nuevamente de las disposiciones del BM y del FMI que han dispuesto la necesidad de otorgar microcréditos que no servirán para nada sino para detener los flujos migratorios. “si el gobierno español, la Unión Europea fueran más inteligentes ayudarían a que hubiera más importaciones y exportaciones de nuestros países. Y ahora con el retorno voluntario darán una cantidad de dinero que no alcanzara para nada. Eso es lo más tonto y absurdo que pueden implantar. Porque, ¿qué va a ser la gente que retorne? Quizá los profesionales que pueden conseguir un puesto de trabajo se regresen, pero la gente que no tiene esa capacidad intelectual no pueden hacerlo”.

Las frases
“Mal día fue cuando llegó la dolarización a Ecuador”